¿Cómo mejorar la sequedad de la piel en invierno? Cuando llega la temporada fría, es esencial ajustar tu rutina de belleza para proteger la barrera hidrolipídica de tu piel.
¿Qué es esta barrera? La piel está cubierta por un escudo natural, llamado “película hidrolipídica”. Esta película invisible actúa como barrera contra las agresiones externas y retiene el agua en los tejidos. Cuando es fuerte y resistente, garantiza una piel bien hidratada, flexible y confortable. Sin embargo, cuando está debilitada, se acelera la pérdida de agua transepidérmica y posibles sustancias patógenas interfieren en el ecosistema de la piel, alterando así su integridad.
Síntomas que suelen aparecer en la piel en invierno
En invierno, el frío, el viento y las variaciones de temperatura se suman a las numerosas amenazas que ya desafían a diario el manto hidrolipídico (UV, contaminación, estrés, etc.). Más que nunca, resulta esencial proteger la barrera protectora de la piel dándole todas las armas que necesita para defenderse correctamente. A continuación, te dejo unos consejos infalibles para salir victoriosa este invierno:
Este escudo natural se debilita con el frío, el viento y las variaciones de temperatura. ¿Cuáles son los síntomas comunes en invierno? Además de rojeces, pueden surgir problemas como telangiectasias o rosácea. En cualquier caso, es fundamental buscar la opinión de un especialista ante la aparición de cualquier tipo de enrojecimiento cutáneo.
En nuestra clínica, ofrecemos tratamientos como la Luz Pulsada Intensa (IPL) y el Láser de Neodimio-Yag para abordar estos problemas.
El tratamiento con IPL destaca por su pronta recuperación, así como por su capacidad para mejorar lesiones vasculares con resultados positivos. Por su parte, el Láser ND-yag tiene una eficacia ampliamente demostrada permite actuar de forma segura y con el mínimo de efectos secundarios. Su longitud de onda tiene una penetración alta, por lo que es ideal para tratar lesiones vasculares, como telangiectasias, puntos rubí y lagos venosos.
¿Qué le sucede a la piel con temperaturas muy bajas?
La piel puede experimentar una disminución en la irrigación, aumentando la sequedad y alterando la barrera hidrolipídica. Este desequilibrio puede propiciar la aparición de rojeces, descamaciones y picor, así como empeorar condiciones dermatológicas preexistentes.
Si quieres evitar la sequedad de la piel en invierno, es crucial proteger la piel con un protector solar de amplio espectro en condiciones de bajas temperaturas, independientemente de que haya sol o no, y reaplicarlo cada dos horas.
Se aconseja incorporar a la rutina facial cremas que contengan principios activos emolientes y calmantes, como la centella asiática, el ácido hialurónico, el ácido poliglutámico o la niacinamida.
En casos de piel extremadamente seca, la inclusión de aceites puede ser beneficiosa. La exposición repetida a temperaturas gélidas debe abordarse con precaución, ya que puede dañar la piel y acelerar el proceso de envejecimiento prematuro.
Principios activos y texturas que hay que priorizar en invierno
Si la piel carece de confort, hasta el punto de que aparecen rojeces o grietas, se recomienda aplicar una mascarilla calmante con activos con propiedades antinflamatorias y calmantes, como la caléndula o la manzanilla, o una mascarilla nutritiva a base de mantecas, como la manteca de karité, para darle a la piel un baño reparador inmediato.
Este ritual SOS puede repetirse regularmente, en cuanto la piel esté en alerta roja. Hay que tener cuidado por si el enrojecimiento o el agrietamiento van acompañados de síntomas más fuertes, como un picor o una sensación de irritación más intensos. En este caso, hay que consultar inmediatamente con un dermatólogo ya que el invierno, a veces puede revelar afecciones cutáneas más graves, como eccema o psoriasis.
¡Cuidado con pasar demasiado tiempo en la ducha!
Dejar correr el agua de la ducha durante varios minutos sobre el rostro puede resultar reconfortante cuando el clima exterior se vuelve más frío, pero no hay peor hábito para acelerar la desecación de la piel. Dos culpables de esto: el agua caliente que utilizamos en invierno y que alteran los lípidos de la película hidrolipídica, y la piedra caliza que absorbe la hidratación natural de la epidermis.
Por tanto, para preservar nuestra piel, evita pasar demasiado tiempo sobre el agua demasiado caliente y evita desmaquillarte en la ducha.
Prioriza este gesto fuera de ella y apuesta por los aceites desmaquillantes, que eliminar los restos de maquillaje más rebeldes y son particularmente agradables de usar en invierno. Al contrario de lo que se pueda pensar, son aptos para todo tipo de pieles, porque recordemos: la grasa elimina la grasa.
Los labios multiplican su sequedad en invierno
Los labios están desprovistos de esa película hidrolipídica que protege el resto de la piel de la cara y no cuentan con esa famosa muralla, siendo extremadamente frágiles. Se trata de una de las zonas del rostro que más acusan el paso del tiempo. Además de que su piel es más sensible y vulnerable a todos los cambios, en invierno todavía se hacen más evidentes los daños. Los primeros signos de envejecimiento son una disminución de grosor y turgencia que hace que se afinen.
En invierno, uno de los tratamientos estrella (y más demandado) es el Natural Lip. Consiste en reponer los volúmenes perdidos, sin hacer realmente un aumento de labio, sino devolviendo a ese labio su anatomía natural de juventud. Para eso vamos a inyectar en los arcos de Cupido y a nivel de la zona central para conseguir cambios muy naturales.
Además, se trata la pérdida de hidratación de la piel de los labios (propia del invierno), la pérdida de definición y de volumen. El procedimiento es rápido y la incorporación a la vida habitual es inmediata. Además de la corrección e hidratación, los rellenos con ácido hialurónico inducen una regeneración de la piel.
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