Descubre por qué en algunos casos los neuromoduladores como la toxina botulínica no son recomendables para la frente y cómo un enfoque personalizado puede optimizar tu tratamiento estético facial.
La toxina botulínica, uno de los neuromoduladores más conocidos, es una opción popular para suavizar las arrugas y rejuvenecer la apariencia facial.
A menudo se utiliza para tratar líneas de expresión en la frente, entrecejo y patas de gallo. Sin embargo, no todos los pacientes son candidatos para su uso en la frente.
En este post de cuento por qué en algunos casos no es recomendable utilizar neuromoduladores en esta área.
¿Por qué a veces no se pueden poner neuromoduladores en la frente?
El delicado equilibrio de la frente
El músculo frontal, responsable de las expresiones de levantamiento de las cejas, juega un papel importante en el aspecto general de nuestros ojos y cejas.
Cuando hay un exceso de piel en el párpado superior, o una cantidad significativa de grasa en esta zona, la dinámica de cómo movemos y sostenemos nuestra frente cambia drásticamente.
La relación entre los párpados y la frente
Si optamos por bloquear la actividad del músculo frontal para eliminar las arrugas, hay que tener en cuenta que también estaremos limitando la capacidad de elevar las cejas.
Esta acción de elevación es esencial para muchas personas, ya que ayuda a tensar y levantar la piel y la grasa del párpado superior, compensando el exceso de tejido.
Compensación y confort
Para algunos pacientes, inmovilizar el músculo frontal puede resultar en una sensación de pesadez, particularmente al final del día.
Estéticamente, esto también puede traducirse en un aspecto más «cargado» del ojo, con un incremento visible del «pellejillo» o piel sobrante.
En estos casos, el uso de neuromoduladores en la frente puede reducir el confort del paciente y afectar negativamente su apariencia.
Personalización del tratamiento
Por estas razones, es esencial realizar una evaluación detallada antes de decidir aplicar neuromoduladores en la frente. A veces, la mejor opción es tratar solamente el entrecejo y las patas de gallo, dejando la frente libre de tratamiento.
Esto permite a los pacientes mantener la capacidad de elevar las cejas, lo que proporciona una solución estética y funcional al problema del exceso de tejido en los párpados.
Lo esencial es que tengas en cuenta que antes de optar por el uso de los neuromoduladores, es fundamental que tengas una valoración personalizada de un especialista en medicina estética. Esto garantiza no solo resultados estéticos óptimos sino también la comodidad y la satisfacción del paciente.
Si estás considerando este tratamiento, pero tienes preocupaciones sobre la piel de tus párpados o la movilidad de tu frente, visítanos para una consulta o solicítanos una consulta online. Juntos podemos explorar la mejor estrategia para lograr los resultados que deseas, siempre poniendo tu bienestar y seguridad primero.
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