Con el paso del tiempo, muchas pacientes notan que su piel ya no responde igual a los tratamientos habituales. Cremas, limpiezas o incluso algunos inyectables dejan de ofrecer los resultados deseados. ¿Por qué ocurre esto? Porque la capacidad natural de la piel para regenerarse se va reduciendo, y llega un momento en que lo que realmente necesita es una ayuda más profunda: la medicina regenerativa.
En este post te explico las tres señales más comunes que indican que tu piel está pidiendo este tipo de tratamiento y qué opciones médicas podemos ofrecer hoy para revertir el deterioro desde dentro, sin cirugía.
¿Qué es la medicina regenerativa facial?
La medicina regenerativa se basa en activar los propios mecanismos biológicos del cuerpo para reparar, fortalecer y rejuvenecer los tejidos. En estética facial, esto se traduce en tratamientos que no rellenan ni paralizan, sino que estimulan a tu piel a producir nuevo colágeno, elastina y ácido hialurónico de forma natural.
Algunos de los recursos más utilizados son:
- Factores de crecimiento derivados de la sangre del paciente
- Exosomas y otros productos biotecnológicos
- Células madre extraídas de la grasa corporal
- Bioestimuladores dérmicos, como los polinucleótidos
- Láseres regenerativos (con o sin pelado epidérmico)
Pero antes de hablar de tratamientos, veamos si tu piel realmente está pidiendo un cambio más profundo.
Tres señales de que tu piel necesita medicina regenerativa
Tu piel está cada vez más fina y seca
Una piel que antes era firme, elástica y bien hidratada comienza a notarse:
- Frágil, como si hubiera perdido densidad
- Más seca, incluso si aplicas crema cada día
- Con mayor sensibilidad o enrojecimiento tras el sol o el frío
Este es uno de los primeros signos de disminución del colágeno y los factores de hidratación naturales, típicos a partir de los 40–45 años o tras cambios hormonales como la menopausia.
Tus poros están más marcados y forman microarrugas
Con el tiempo, muchas personas notan que sus poros:
- Se ven más grandes, sobre todo en mejillas y nariz
- Van “conectándose” entre sí, creando un patrón de textura rugosa
- Aparecen arrugas finas incluso en zonas donde antes no había
Esto no es solo un tema estético: indica que la estructura de soporte de la piel se ha debilitado y ya no sostiene igual la superficie cutánea.
Tu tono de piel ha cambiado: de rosado a apagado o parduzco
Otra señal clara es cuando el color de la piel:
- Pierde su tono saludable o sonrosado
- Aparece una tez apagada, grisácea o con tendencia verdosa
- El aspecto general es de cansancio o falta de vida, incluso con descanso y buena alimentación
Este tipo de cambio refleja una menor vascularización y oxigenación de los tejidos, así como un enlentecimiento de la renovación celular.
¿Qué tratamientos regenerativos pueden ayudarte?
En esta página puedes ver todos nuestros tratamientos y packs de medicina regenerativa. A continuación te indicamos algunos de los más destacados.
Factores de crecimiento y exosomas
Derivados de tu propia sangre o de origen biotecnológico, ayudan a:
- Activar los fibroblastos
- Reforzar la matriz dérmica
- Rejuvenecer de forma natural, sin volumen añadido
Se aplican mediante microinyecciones o nanoneedling, con tiempos de recuperación mínimos.
Células madre extraídas de la grasa
En algunos casos, especialmente en combinación con injerto de grasa facial, se pueden extraer células madre del tejido adiposo y reinyectarlas en rostro y cuello para:
- Mejorar la calidad de la piel
- Aumentar la regeneración tisular
- Potenciar la luminosidad y elasticidad
Polinucleótidos y bioestimuladores dérmicos
Son sustancias que se inyectan en la dermis para:
- Estimular colágeno de forma continua
- Mejorar firmeza, elasticidad y grosor de la piel
- Tratar zonas delicadas como cuello, contorno de ojos o escote
Los polinucleótidos, en particular, no aportan volumen, solo mejoran la calidad de la piel desde dentro.
Láseres regenerativos
Los equipos médicos de última generación permiten:
- Activar los fibroblastos mediante calor fraccionado
- Rejuvenecer sin pelar la piel (ideal en verano o pieles sensibles)
- O bien inducir una renovación cutánea profunda con láseres ablativos suaves en invierno
La elección depende de tu fototipo, sensibilidad y objetivos estéticos.
¿Cuándo considerar un tratamiento regenerativo?
Si te reconoces en estas situaciones, probablemente sea el momento:
- Has hecho tratamientos estéticos clásicos, pero ya no notas el mismo efecto
- Tu piel parece más vieja que tú: apagada, fina, con textura desigual
- No quieres rellenos ni cirugía, pero sí revertir el deterioro progresivo
- Buscas un tratamiento de fondo, no solo algo superficial
Preguntas frecuentes
¿Estos tratamientos reemplazan a los inyectables o a la cirugía?
No necesariamente. Pueden complementarlos o usarse como base antes de pasar a técnicas más estructurales.
¿Los resultados son inmediatos?
No. Son progresivos. Notarás mejoría en textura, luminosidad y densidad en las semanas posteriores.
¿Se pueden hacer en verano?
Muchos sí, como los factores de crecimiento o polinucleótidos. Otros, como ciertos láseres, se reservan para otoño/invierno.
¿Cuántas sesiones necesito?
Depende del caso. Algunos protocolos requieren 3–4 sesiones al año, otros solo una cada 6–12 meses.
¿Estos tratamientos cambian la expresión?
No. Uno de sus mayores beneficios es que no alteran tus rasgos ni tu gestualidad.
Tu piel cambia con los años. Y lo que necesita, también.
Cuando tu piel empieza a perder respuesta, sensibilidad o luminosidad, es hora de ir más allá de los tratamientos convencionales. La medicina regenerativa no solo mejora el aspecto exterior, sino que reactiva la función interna de la piel, devolviéndole densidad, vitalidad y salud.
¿Quieres saber si tu piel necesita medicina regenerativa? Reserva tu consulta en la Clínica Pérez Sevilla y valoraremos cuál es el mejor tratamiento para devolverle a tu piel lo que ha ido perdiendo con el tiempo.




