En los últimos años, hemos asistido a una auténtica revolución en los tratamientos estéticos no invasivos. Entre los protagonistas de esta nueva era destacan los polinucleótidos, una sustancia bioestimulante que mejora la calidad de la piel desde el interior, sin aportar volumen ni alterar los rasgos naturales.
Si te interesa el rejuvenecimiento facial con resultados sutiles, duraderos y sin cirugía, este tratamiento regenerador puede ser justo lo que estás buscando. A continuación te explico qué son los polinucleótidos, cómo actúan y para qué casos están especialmente indicados.
¿Qué son los polinucleótidos?
Los polinucleótidos (también conocidos como PN o PDRN) son cadenas de nucleótidos —las unidades básicas del ADN— que se obtienen mediante un proceso de purificación y esterilización, habitualmente a partir de ADN de origen marino, como el salmón.
En medicina estética, se utilizan como inyecciones bioestimulantes que no aportan volumen, pero sí regeneran los tejidos, activan la producción de colágeno y mejoran visiblemente la calidad de la piel. Por eso, se consideran una de las tecnologías más avanzadas dentro de los tratamientos de revitalización cutánea.
A diferencia de los rellenos dérmicos tradicionales, los polinucleótidos no rellenan, sino que actúan como «entrenadores celulares» que restauran la funcionalidad natural de la piel.
¿Cómo actúan los polinucleótidos en la piel?
Cuando se infiltran en la dermis, los polinucleótidos actúan a distintos niveles:
- Estimulan los fibroblastos, que son las células responsables de producir colágeno, elastina y ácido hialurónico natural.
- Aumentan la hidratación tisular, creando un entorno óptimo para la regeneración celular.
- Mejoran la microcirculación, lo que aporta más oxígeno y nutrientes a las células de la piel.
- Favorecen la reparación de tejidos dañados y reducen la inflamación.
- Regulan la actividad de los melanocitos, ayudando a unificar el tono de la piel y a tratar la hiperpigmentación.
El resultado es una piel más firme, elástica, luminosa y con mejor textura, sin efectos artificiales ni cambios bruscos en los rasgos.
¿En qué casos están indicados los polinucleótidos?
Gracias a su acción regeneradora, los polinucleótidos son una excelente opción tanto para rejuvenecimiento facial como para tratar alteraciones cutáneas. En mi práctica clínica, los recomiendo especialmente para:
- Piel fina, apagada o con pérdida de firmeza.
- Arrugas finas y líneas de expresión.
- Cicatrices de acné o cicatrices atróficas.
- Pieles con rosácea, cuperosis o inflamación crónica.
- Manchas o melasma, como tratamiento complementario.
- Alopecia androgenética (en hombres y mujeres).
- Flacidez inicial, tanto facial como en cuello o escote.
- Post-tratamientos agresivos, como láser o peelings intensos.
Además, es una técnica excelente para prevenir el envejecimiento cutáneo en personas jóvenes que buscan mantener la calidad de su piel a lo largo del tiempo.
¿Cómo se aplican y cuántas sesiones se necesitan?
El tratamiento con polinucleótidos se realiza mediante microinyecciones intradérmicas, generalmente sin necesidad de anestesia, aunque en algunos casos se puede aplicar crema anestésica para mayor confort.
En función del estado de la piel y los objetivos del paciente, suelo recomendar un protocolo de entre 2 y 3 sesiones, espaciadas cada 3 o 4 semanas. Posteriormente, se puede realizar una sesión de mantenimiento cada 4 a 6 meses.
Lo mejor de este tratamiento es que no requiere baja médica ni tiene efectos secundarios significativos, más allá de una ligera rojez o inflamación puntual que desaparece en pocas horas.
¿Con qué otros tratamientos se puede combinar?
Los polinucleótidos se integran perfectamente en planes combinados de rejuvenecimiento facial. Algunas de las combinaciones más habituales en mi clínica son:
- Con ácido hialurónico para restaurar volúmenes en zonas estratégicas, como pómulos o mentón.
- Con láser CO2 fraccionado o radiofrecuencia fraccionada, potenciando la regeneración tisular.
- Con neuromoduladores, para suavizar gestos sin rigidez.
- Con exosomas o PRP, en tratamientos capilares o post-láser.
Su uso en protocolos integrales es una de las claves para obtener resultados visibles y duraderos, con un enfoque progresivo y natural.
Preguntas frecuentes sobre los polinucleótidos
¿Qué diferencia hay entre polinucleótidos y ácido hialurónico?
El ácido hialurónico puede utilizarse solo para hidratar y regenerar la piel o para aportar volumen, en función del tipo de densidad y reticulación que elijamos. Los polinucleótidos, en cambio, no rellenan: estimulan a la piel para que se regenere por sí misma.
¿Se pueden aplicar en cualquier tipo de piel?
Sí, incluso en pieles sensibles o con tendencia a la inflamación. De hecho, son especialmente beneficiosos en casos de rosácea o melasma.
¿A partir de qué edad se recomienda?
Desde los 30 años si se busca prevención, y a cualquier edad si hay signos de envejecimiento, daño solar o inflamación crónica.
¿Se pueden usar en el contorno de ojos?
Sí. Es una de las zonas donde mejor funcionan, ya que mejoran ojeras, arrugas finas y flacidez sin aportar volumen.
Tu piel puede regenerarse… si sabes cómo ayudarla
La medicina estética ha dejado atrás los tratamientos agresivos o estandarizados. Hoy hablamos de estimular, no rellenar; de regenerar, no disimular. Los polinucleótidos representan esta nueva filosofía: una forma de recuperar la salud y belleza natural de la piel desde dentro, respetando su ritmo y sus características únicas.
En mi consulta llevamos años trabajando con polinucleótidos como parte de nuestros protocolos regenerativos. Si quieres mejorar la calidad de tu piel, reducir arrugas o prevenir la flacidez sin recurrir a tratamientos invasivos, estaré encantada de valorar tu caso.
¿Quieres descubrir si los polinucleótidos son para ti? Agenda tu consulta personalizada y diseñaremos juntas el tratamiento más adecuado para tu piel.